Doña Vacía compra sin saber muy bien por qué, mantiene relaciones que no le aportan e incluso le hacen daño, sale a lugares que ni le apetece ni le divierten, pero la opción es quedarse sola en casa, ¿cómo puede ser?, ¿no sé valorar lo que tengo?, ¿qué he hecho mal? Y entonces aparece la culpa, la incomprensión, la tristeza, la frustración…